martes, 20 de abril de 2010
La máscara, puesta por propia elección, fundida a la piel.
Pero el otro lado sabe, yo no. Es el paradigma del espejo, la misma realidad, compartida por tiempo y espacio, ignorada por el conciente.
Cuando se trata de mirar adentro del agujero, es mas grande y me da mas vértigo del que pensaba o esperaba.
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